El asombro otomí I
Árbol/Vasija de la vida en bordado de la sierra otomí-tepehua de los años setenta En el recorrido guiado por Huapalcalco, corrijo: en el ejercicio de hacer Topializ, hoy en Huapalcalco, volví a encontrar el asombro. Una abuelita originaría, feliz de presumirnos que tiene muchos nietos, pero que solo iba con dos, al inicio del recorrido de pronto y sin preámbulos nos contó que ella vive en Napateco, cerca del cerro y que endenantes sabía que en Huapalcalco había dragones, que se les podía ver y que la gente sabía que estaban ahí y que se comían a los burros; dijo que no sabe qué pasó con ellos, quizá se incrustaron en las rocas, o se fueron al interior del monte ¿Dragones? La tentación de invalidar su decir es terriblemente real, pero y ¿por qué no? ¿a qué se refiere cuando dice: dragones? Más adelante nos contó que ella es hablante del hñahñu la lengua originaria del centro de país, de los más antiguos pobladores de la altiplanicie magueyera de México, los otomíes, hijos predilectos d